
La demanda de tratamientos de rejuvenecimiento facial sin cirugía ha experimentado un aumento del 10% con respecto a 2016, representando ya el 60% de todos los tratamientos faciales que se llevan a cabo en nuestro país, frente al 40% de las operaciones de cirugía estética. Y, entre todos ello, son las inyecciones de toxina botulínica y de ácido hialurónico las que tienen mayor demanda, entre el 60% y el 65%, lo que revela un aumento de la preocupación de la población por mejorar y rejuvenecer su rostro pero sin someterse a tratamientos invasivos. Por lo general, se trata de personas acostumbradas a cuidarse desde muy jóvenes.
Hace algunos años las personas mayores de 60 años no disponían de este tipo de técnicas, por lo que recurrían al lifting facial directamente. En cualqueir caso, hay que tener en cuenta que aquellas personas que optan por este tipo de tratamientos con 30 ó 40 años lo único que están haciendo es retrasar el plazo para pasar por el quirófano para someterse a una operación que los complemente. Y es que no son técnicas exluyentes. De hecho, hay personas que lo hacen al contrario. después de someterse a una operación de cirugía estética, recurren a tratamientos sin cirugía como forma de reforzar y mejorar los resultados del lifting.
Además, son mayoritariamente las mujeres las que suelen recurrir a este tipo de tratamientos. Aunque también hay cada vez más hombres que se animan a porbarlo. Y el rango de edad es muy amplio. Desde jóvenes de 30 años a pacientes que superan los 80 años.
El aumento de este tipo de intervenciones tiene mucho que ver con el hecho de que se trate de técnicas menos invasivas, pero también con su precio y con su rapidez. Pero también porque pueden aplicarse con una finalidad preventiva, permitiendo actuar sobre zonas menos suceptibles de tratarse con el lifting, como las “patas de gallo”, las arrugas de expresión y las arrugas del entrecejo y de la frente.
Además, en los últimos años la medicina estética ha avanzado mucho y, en la actualidad, es posible conseguir resultados más naturales que combinan el estiramiento y la tensión de la piel con la restauración del volumen perdido, especialmente en las mejillas y en los pómulos.